jueves, 28 de julio de 2011

Para Pawlenty todo empieza y termina en Iowa

Después de meses intentando sin éxito quitarle a Romney la banda de front-runner nacional, en las últimas semanas estamos siendo testigos de un evidente cambio de estrategia de Pawlenty. Ya no es más un candidato nacional. Ha sabido dar un paso atrás y aceptar que, mínimo hasta el straw poll de Ames y probablemente hasta el Caucus, para él Iowa lo es todo, se le juzgará por lo que allí ocurra y de ello dependerá todo lo demás. El éxito o fracaso regional determinará si es o no un candidato nacional.

El cambio se traduce en menos tiempo pisando platós de tv en Washington DC y NY (la entrevista del domingo con Candy Crowley se grabó en Iowa), y más tiempo recorriendo los 99 condados de Iowa trabajándose a grupos de 50 a 100 personas en cada acto.

Por segunda semana consecutiva, el candidato está encerrado en los límites de Iowa. Hace dos días pasó el día en Indianola, al sur del estado, una zona de población creciente, ayer estuvo en un restaurante de Urbandale, en el área metropolitana de Des Moines, y hoy se le espera en Jefferson, pequeño pueblo de menos de 5,000 habitantes en Greene County, un condado con un GOP bien organizado.

También se observa un cambio en la estética del candidato. Menos traje de chaqueta, nada de corbata, y más vaqueros.

3 comentarios:

Explorador dijo...

Una duda. Si no hay acuerdo presupuestario, ¿las perspectivas electorales y la de los candidatos republicanos pueden variar?

Un saludo

Anónimo dijo...

La entrada de Perry en liza va a eclipsar al resto de los candidatos republicanos y se convertirá en la alternativa a Romney dentro del partido.

No creo que un posible acuerdo presupuestario afecte en modo alguno a la estrategia que siguen los candidatos hasta hoy.

Antxon G. dijo...

Es difícil pronosticar el impacto en la campaña si no se sube la deuda. Puede perjudicar y beneficiar a todas las aprtes en función de cómo plantee el caso el Presidente o cada candidato.

A Obama lo que le tiene preocupado es que las agencias de evaluación de riesgos bajen la calificación de la deuda a largo plazo (que hasta ahora es AAA) por el impacto económico negativo que eso puede tener.