viernes, 23 de septiembre de 2011

Debate en Orlando



Rick Perry empezó a la ofensiva, acusando a Mitt Romney de malinterpretar sus opiniones sobre la Seguridad Social y cuestionando sus posiciones en política educativa. Perry intentó recuperar la acusación de "flip-flopper" contra Romney en temas como la sanidad, el control de armas o el aborto. "Esperaremos hasta mañana y veremos con qué Mitt Romney estamos hablando realmente esta noche," dijo después de hacerse un pequeño lío.

Romney le contestó recordando que se ha mantenido firme en todas las posiciones escritas en su libro 'No Apology', mientras que Perry ha matizado o se ha distanciado de algunas de las cosas que escribió en su 'Fed Up!'.

"Hay un Rick Perry ahí fuera diciendo que el gobierno federal no debería estar en el negocio de las pensiones de los jubilados, que eso es inconstitucional. Así que será mejor que encuentres a ese Perry y le digas que deje de decir eso... Una razón para elegirme a mí es que sé lo que defiendo. Lo he escrito. Las palabras importan, y yo tengo la experiencia para hacer funcionar otra vez a este país."

El enfrentamiento directo entre Romney y Perry fue tan evidente que Jon Huntsman bromeó diciendo que existía peligro real de que se apalearan el uno al otro hasta la muerte. Aunque el Gobernador de Texas también recibió de otros rivales, no sólo de Romney, especialmente en inmigración. Llegó a decir que sus rivales no tienen corazón por oponerse a las becas escolares para hijos de inmigrantes, pero el aplauso del público fue para Rick Santorum al recordar que en Texas se estaba subvencionando la inmigración ilegal con el dinero de los contribuyentes.

Perry terminó el debate muy agobiado. Una vez más le faltó fluidez. Estamos asistiendo a la consecuencia lógica de una entrada tardía en la campaña. Se trata de un candidato que hasta hace apenas dos meses no se planteaba entrar en esta aventura y no se preparó bien para ello. Frente a él, está un Romney con cuatro años de experiencia en esto de ser candidato presidencial y con decenas de debates nacionales a sus espaldas.

La única duda que tengo con Romney es el cómo puede funcionar en las primarias su resistencia a dejarse llevar hacia posiciones más extremistas. Me explico, el tono general del debate se situó muy a la derecha, Bachmann prometió construir un muro en la frontera y eliminar el Departamento de Educación, Ron Paul prometió eliminar la ciudadanía a los hijos de inmigrantes ilegales nacidos en EEUU, Santorum dijo que proscribirá a los sindicatos de empleados públicos, Herman Cain llamó a eliminar la Agencia de Protección Medioambiental... mientras Romney se resistió a llamar socialista a Obama o habló bien de algunos aspectos de su reforma educativa.

Mientras el resto está más interesado en declarar fidelidad a principios innegables, el interés de Romney está en parecer presidencial. A veces me da la impresión de que Romney es el único que de verdad se presenta a Presidente. Los demás se olvidan de que están compitiendo para ser elegidos líderes de un país de más de 300 millones de habitantes y se comportan como si estuvieran en un concurso.

No sé si lo de Romney se debe a una destacada capacidad de disciplina o a un exceso de confianza que pueda terminar pagando en las primarias. Lo que tengo claro es que el enfrentamiento con Perry le está sirviendo a Romney para transformarse en un candidato mucho más fuerte y competitivo para la elección general, además de en un experto en debates, y eso debería preocupar en la Casa Blanca con un Obama que no tendrá debates hasta que lleguen los gordos en el último mes de campaña.



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1 comentario:

Gonzalo Cabeza dijo...

No veo tal defecto que Romney sea el único (entiendo que con Huntsman, aunque este ya claramente no cuenta) que no se ha dejado llevar por la retórica extrema que reina en la campaña. Me explico, por mucha fuerza que tenga ahora la derecha cristiana, el tea party y la madre que la fundó estos tendrán que dividirse entre candidatos. Los moderados, o entra alguien, o son para Romney. Con las ventajas que tiene eso, además, para la elección general.